martes, 27 de octubre de 2009

EL MEME DEFINITIVO 2009

Para el que no lo sepa, un MEME es algo así como una encuesta que se lanza entre los blogs de cierta temática. A mí no me han lanzado nada, pero lo he visto por ahí, me ha parecido divertido, y como me apunto a un bombardeo, pues eso...

La peor serie nueva:
¿Miénteme cuenta como serie nueva? Es que Tim Roth me da como asco, y veo que han desaprovechado un tema suculento en una serie plasta y sin fundamento. Si no cuenta, supongo que la peor sería Three Rivers, no puedo con otra de doctorcitos cool, siempre fui de letras.

La mejor serie nueva:
Como comedia, la ganadora absoluta, Modern Family. En drama, me estoy enganchando a The Good Wife.

Qué series has abandonado esta temporada: Gossip Girl y Dexter. Una por aburrimiento, otra por desencanto temporal reversible.

Qué serie crees que deberías haber abandonado ya: Flash Forward. Me sorprendo viéndola en español, cuando me aburre hasta la muerte y cada vez que le veo la cara a Joseph Fiennes me acuerdo de su hermano Ralph y pienso que alguno es adoptado.

Cuál abandonaste y ahora crees que deberías haber aguantado: A dos metros bajo tierra, me gustaba, pero por motivos ajenos tuve que dejarla en stand-by.

Qué series ves a ritmo USA: Dollhouse, Modern Family, Castle, Bones, Fringe, Grey's Anatomy, The Big Bang Theory, The Good Wife, The Mentalist y Lost. (No sé si me dejo alguna...)

Otras series que ves actualmente: Flash Forward y House (al día, pero a ritmo España), los C. S. I. (menos Miami, que me da cada vez más grima), Mentes Criminales (al ritmo incierto de Tele 5).

Qué estreno nuevo esperas con más ganas: Estoy esperando a Spartacus, pero no con ansias.

Cuál es esa serie de la que nadie habla pero que tú siempre intentas recomendar: Entre algunos de mis amigos, Fringe (no sé cómo no la han visto aún), entre los demás, la miniserie canadiense Dunham County, que es alucinante pero poco conocida.

Qué serie esperas con más ganas cada semana: Sin duda, Fringe.

Tu cancelación más dolorosa: Supongo que Gilmore Girls, que sé que no daba para mucho más pero lloré de rabia.

Personaje femenino que te vuelve loco actualmente: Mrs. Florrick (Julianna Margulies), de The Good Wife, me parece el colmo de la elegancia y la estoicidad, además de una actriz sin histrionismos pero realmente expresiva.

¿Y masculino?: El dr. Walter Bishop (John Noble), de Fringe. Espero con ansia cada palabra suya (inquietante, desternillante, demoledor).

Ese actor o actriz que hace que veas una serie, aunque no te llame nada: Con actores no me pasa mucho, pero con directores soy muy groupie. Véase J. J. Abrams.

¿Eres de drama o de comedia?: De drama con diferencia. Sólo hago excepciones con The Big Bang Theory y Modern Family, y eso porque son cortitas y aún me hacen gracia, pero no les debo fidelidad.

¿Esa serie que tanto te cuesta defender?: Castle. Incluso ante mí misma.

Y esa otra que muchos defienden y tú no lo comprendes: True Blood. No la puedo soportar. Y su protagonista femenina despierta instintos psicópatas en mi cándido carácter de futura madre.

¿A qué serie crees que deberías darle una segunda oportunidad?: A 30 Rock. Sólo vi un capítulo y no me hizo gracia, quizá me encontraba en un momento bajo, quién sabe.

Qué serie ves una y otra vez sin cansarte: No lo hago muy a menudo, pero si lo hago es con Friends. La he visto consecutivamente en 2 idiomas más de dos veces cada uno, aparte de capítulos sueltos millones de veces, me regalaron el pack original y algunos diálogos me los sé de memoria, sólo me pasa con esa serie, qué extraño.

Bueno, y hasta aquí el MEME. Por favor, hacedlo vosotros también (los poquillos que me leáis), que me molan mucho las listas.

jueves, 14 de mayo de 2009

LOS 50 LIBROS IMPRESCINDIBLES SEGÚN YO MISMA

Soy una lectora compulsiva, si leer fuera un delito me pudriría en la cárcel de por vida. Sin embargo, existe un delito mayor: la basura que soy capaz de devorar, los libros malísimos que he leído en mi vida. No quiero que tú, hipotético lector de mi blog, caigas en el mismo error. Aquí adelanto algunas recomendaciones, algunos imprescindibles. Sí, lo sé, algunos son muy densos (benditos rusos), pero no puedes vivir una vida lo suficientemente enriquecedora sin leerlos primero. Eh!! Y que vas a vivir muchos años, tío/a!!! Puedes perder unos cuantos en acabarte Crimen y Castigo!!!

Malena es un nombre de tango
Almudena Grandes


El Principito
Antoine de Saint-Exupéry


El Médico
Noah Gordon


Lo que el viento se llevó
Margaret Mitchell


El Padrino
Mario Puzo


Cien años de soledad
Gabriel García Márquez


El guardián entre el centeno
J. D. Salinger


Guerra y Paz
Leon Tolstoi


1984
George Orwell


El señor de las moscas
William Golding


El Resplandor
Stephen King


El Ocho
Katherine Neville


Orgullo y Prejuicio
Jane Austen


El jinete de bronce
Paulina Simons


Un mundo feliz
Aldous Huxley


El retrato de Dorian Gray
Oscar Wilde


El Gran Gatsby
F. Scott Fitzgerald


La casa de los espíritus
Isabel Allende


La hora de las brujas
Anne Rice


Otra vuelta de tuerca
Henry James


Lolita
Vladimir Nabokov


El Quijote
Miguel de Cervantes


El señor de los anillos
J. R. R. Tolkien


Las vírgenes suicidas
Jeffrey Eugenides


Los viajes de Gulliver
Jonathan Swift


El péndulo de Foucault
Umberto Eco


Frankenstein
Mary Shelley


Cumbres Borrascosas
Emily Brönte


Drácula
Bram Stoker


Las mil y una noches
Anónimo


Moby Dick
Herman Melville


Grandes Esperanzas
Charles Dickens


Los hombres que no amaban a las mujeres
Stieg Larsson


Tuareg
Alberto Vázquez Figueroa


Alicia en el país de las maravillas
Lewis Carrol


La Metamorfosis
Frank Kafka


La Odisea
Homero


El corazón de las tinieblas
Joseph Conrad


A sangre fría
Truman Capote


Robinson Crusoe
Daniel Defoe


Los crímenes de la calle Morgue
Edgar Allan Poe


Matar a un ruiseñor
Harper Lee


El lobo estepario
Herman Hesse


La Divina Comedia
Dante Alighieri


Madame Bovary
Gustave Flaubert


El conde de Montecristo
Alejandro Dumas


Los Miserables
Victor Hugo


La insoportable levedad del ser
Milan Kundera


Crimen y Castigo
Fiódor Dostoievski


La Historia Interminable
Michael Ende

domingo, 19 de abril de 2009

LOS 10 PERSONAJES MÁS ODIOSOS DE LA TELEVISIÓN

Aunque me considero una serieadicta, o quizá precisamente por eso, soy bastante exigente con lo que veo.

La revista Entertainment Weekly (EW) hizo no hace mucho una lista con los personajes más odiosos de la televisión. No odiosos porque tengan que ser así (véase, Ben Linus o Gregory House), sino por lo cargantes, esos personajes que cuando los ves aparecer dices, “Uff, no, por favor, otra vez no”.

He aquí mi lista particular de 10 personajes odiosos:

1. Meredith Grey (Grey’s Anatomy).

No puedo con sus neuras de niña mimada, es que no puedo comprometerme, es que ahora me gustas y ahora no me gustas, es que mis papás no me querían, jo. Por favor, si alguna vez tengo que operarme rezo para que mi cirujano no se le parezca.

2. Horatio Cane (CSI Miami).

Alias, el “caratorcía”. Dios mío, esas frases sentenciosas, ese quita y pon de gafas de sol, esos romances inverosímiles con las hermanas porreras de sus empleados, ¡¡esas pecas!!

3. Carrie Bradshaw (Sexo en Nueva York).

¿Es que nadie ha tenido instintos asesinos con esa tía? Uff, no puedo vivir sin mis Manolos, tengo una verruga pero hago como que soy guapísima, los tutús rosas son el nuevo Little Black Dress. ¡Aaaargggh!

4. Dean Forester (Gilmore Girls).

Porque es un soso, cursi, demasiado bueno.

5. Duncan Kane (Veronica Mars).

Por lo mismo que el anterior.

6. Stuart Radzinsky (Lost).

Esta es una manía irracional, le odio, le odio, le odio, no puedo con él, le mataba de 73 puñaladas seguidas, de esas con alevosía. Esa calva con tracas, esa obsesión por la maqueta del cisne, uuffffffffffff.

7. Rachel Carr (Gossip Girl).

No sé, no es que la odie (no me dio mucho tiempo, la largaron pronto), pero es que ese rollo de” como soy profesora de literatura tengo por huevos que ser más sensible” mer toca mucho los cojones. Además, no puedo con las mosquitas muertas.

8. St. Doakes (Dexter).

Es que tiene la nariz muy pequeña comparada con todo lo demás, y es un maleducado, y no puedo con los maleducados.

9. Topher Brink (Dollhouse).

Estereotipo del genio graciosillo al que dan ganas de pegar todo el rato.

10. The Deacon (Damages).

Para el que no lo ubique, es ese gordito amanerado que hace como de asesino a sueldo y al que no puedo evitar imaginarle los peores vicios sexuales. Me da un poco de asco, más que odio, la verdad. Es de la segunda temporada.


miércoles, 11 de marzo de 2009

BYE, DADDY.


No sé a vosotros dónde os nace la memoria, si, a veces, como yo, intentáis buscar muy atrás en la mente el recuerdo más lejano. Mis recuerdos están hechos de luz, no de colores, de sol en un camino de piedras que baja hasta la playa. No sé muy bien dónde estoy, pero recuerdo un calor tórrido de agosto, el pinchar de piedrecitas dentro de las sandalias, el brillo cegador de la luz, no hay colores. Y, en medio de todo, un denso olor a tabaco negro.

Mi niñez no fue perfecta, de esas de teleserie americana, pero tampoco fue ni mucho menos triste. Quizá fue más profunda, menos niñez que otras, porque recuerdo sentimientos que no debí tener, recuerdo culpas, lástimas, impotencias agrandadas por la edad temprana que, sin embargo, al crecer, no se hicieron más pequeñas. Pero tuve también regalos increíbles, tuve mucha gente que me quiso como una heredera de cuento, que me acogió al nacer como un juguete nuevo, porque fui la primera, la única, hasta que pasaron años y ya no me importó abdicar o ser destronada. A pesar de eso, también recibí el regalo del orden, de lo justo, nada de “lo que quieras cuando quieras”, aprendí muy pronto a merecer lo que me daban, y a no quejarme si no lo merecía.

Después crecí, algunos dicen que con la candidez intacta, porque fui fiel a las ideas más hidalgas, más peregrinas, y sigo siéndolo; porque rechazo lo que creo injusto, lo malvado, aunque sea lo normal, aunque me digan que ya cambiaré de opinión, aunque algunos sonrían superiores ante mis principios de parvulario. Serán los libros. Desde los tres años me gusta leer, es más, me obsesiona, me tiraniza, como una droga deliciosa y devastadora, me entretiene durante horas, noches enteras si se trata de un buen libro. Adictivo, sí, inofensivo por una vez. Pero quizá sea esa afición por las vidas de otros lo que me hace adoptar ideas de opereta, la defensa del débil, la unión de los pueblos, el respeto por lo distinto, la curiosidad por lo lejano.

Soy sociable. Crecí rodeada de adultos que no me permitían niñerías ni enfurruñamientos, que me hablaban como una más, que se reían con cariño cuando me comportaba conforme a mi edad, empujándome a aprender palabras sentada en un portal, con el orgullo herido y la fe intacta. Por eso aprendí pronto a casi todo, y mi afán de aprendizaje aún vive después de tantos años.

¿A qué viene esto? Diréis.

Hace unos días murió mi padre.

Apenas tenía nada, vivía la vida tranquilo, con su whisky, su prensa, su total inadaptación a la vida moderna -nada de tele, internet o teléfonos con gps -. Era un padre al que no se le regalaban corbatas, ni móviles, ni se le llevaba a comer los domingos después de misa. Pero me recortaba las viñetas de Forges de El País, me guardaba artículos que podrían gustarme y me presentaba por su nombre a las bibliotecarias de su barrio. Le gustaban las historias de los viejos, los chistes malísimos, las cosas antiguas y las palabras sonoras. Era capaz de emocionarse con una idea bonita, con una canción, pero vivía totalmente ajeno a las modas, a lo nuevo, a lo que tocaba porque sí, jamás supo lo que era Gran Hermano, más allá de la dictadura de Orwell y nada de lo que dejó de vivir echó de menos.

Tengo que ir a su casa, a por sus cosas, y me da miedo. ¿Estarán allí todos los regalos, las manualidades que una vez le regalé por el día del Padre? ¿Estarán sus recortes, sus papeles antiguos, el último libro que le presté (“Invierno en Madrid”)?

No tengo herencias millonarias, ni propiedades, ni obras de arte, nada. Lo que me dejó fue más valioso que todo eso. Me dejó el haber vivido toda mi vida con un amigo como padre; me dejó los recortes de Forges, el olor a tabaco negro de mi primer recuerdo, los artículos interesantes, mi primera película en el cine. Me dejó el amor por la letra impresa, la avidez de saber, el orgullo de la inteligencia, la sociabilidad y esas ideas de caballero andante pasadas de moda en las que aún creo. Me dejó el sentido del humor como escudo ante lo feo de la vida y las lágrimas ante lo bello. Me dio las alas para aspirar a todo y conformarme con lo que haya.

Me dio la vida, ¿qué más puedo decir?

Hasta luego, papá, espero que donde estés tengas lo que necesites para ser feliz. Y, la próxima vez, no te vayas sin despedirte.

lunes, 23 de febrero de 2009

EL FRAUDE DE LOS OSCARS



Soy una ñoña, lo reconozco.
Puedo despotricar todo lo que quiera sobre la ceremonia de los oscars, pero luego me la trago enterita y con la lagrimilla asomando, y eso que, desde que el gladiador le robó a nuestro Bardem de
Antes que Anochezca su merecido premio, estoy muy distanciada del tío Oscar.

Sin embargo, este año ha sido distinto, este año he visto el fraude tan evidente como la testosterona de Hugh Jackman, por cierto, lo mejorcito de la ceremonia. ¿Por qué resulta que el mismo año de la huelga de guionistas se llevan todos los premios pa'l extranjero? ¿Por qué de repente el papel de Kate Winslet es principal, cuando todo el que haya visto The Reader sabe que es secundario? ¿Por qué nos ha dado a todos por el cine / actores en plan independiente, véase mi adorado y admirado Sean Penn?

No digo que
Slumdog Millionaire sea una película mala, ¿pero para 8 oscars, por el amor de Shiva? No sé, a mí me gustó, pero no es Ciudad de Dios, como dicen algunos, y no la veo en el palmarés al lado de Ben Hur, Lo que el viento se llevó o West Side Sory. ¿Alguien se ha dado cuenta de que ha ganado más oscars que Lawrence de Arabia, más que Memorias de África o La Lista de Schindler? No sé, me parece cuanto menos sospechoso, qué queréis que os diga.

Por otro lado, me alegro de lo de Pe, pero la última de Woody Allen me parece de lo peorcito que ha hecho en su vida, y el papel de la madrileña es simpático y logrado, pero no es mejor que la Raimunda de
Volver. O a lo mejor es que se quedaron con las ganas de dárselo el año pasado y se lo dan ahora, suele ocurrir, ¿eh? Y si no, que se lo digan a Scorsesse...

De Sean Penn y Kate Winslet, nada que decir. Brillantes, como siempre, merecidos, como siempre, aunque Penn podría haberle hecho aunque sea un gestillo a su preciosa mujer, su princesa prometida, porque le agradeció el premio a todo el mundo menos a ella, y aguantar su ego desproporcionado no debe ser nada fácil.

No sé, me pareció que los oscars empiezan a perder lustre, que se les está cayendo ese brillo de estrellas que siempre tuvieron.
El Curioso Caso de Benjamin Button se llevó 3 premios de consolación, pese a ser una película preciosa, como las de antes, bien narrada, con perfectas interpretaciones y expectativas cubiertas. No sé, de esas que te piden las palomitas, de las de dinero bien gastado (si no es descargada, claro). Por otro lado, después de ver el tándem Jolie - Pitt, casi que te alegras que no ganara ninguno de los dos, porque parece que es lo único que les falta a los jodíos (envidiosilla que es una).

En fin, que me quejo y me quejo, pero el año que viene volveré a estar ahí como un reloj, como la petarda que a menudo soy.

Última nota para Hugh Jackman: ¿quién sabía que tenía esa voz, que bailaba tan bien, tan grácil y masculino a la vez, que además tenía sentido del humor? Dios mío, ese hombre quiere quedarse en mis sueños para siempre, y a fé mía que lo va a conseguir. Insisto, lo mejor de la noche.



domingo, 22 de febrero de 2009

FICCIÓN POR ENTREGAS


Hace unos cuantos años, cuando no existía el cine y los libros estaban al alcance de sólo unos pocos, grandes narradores como Dumas o Dickens publicaban sus historias por entregas, dejando con la miel en los labios a sus seguidores entre capítulo y capítulo.


Hoy en día, que tenemos de todo, cine, televisión, internet, videoconsolas, volvemos atrás unos siglos para reencarnarnos en esos seguidores de antaño, para esperar con ansia un desenlace, un amor roto y otro reencontrado, una isla misteriosa, o un héroe de leyenda, la resolución de un misterio, la salvación de una vida.

Me siento orgullosa de ser parte de ese público, siempre admiré el arte de contar historias y, aunque para muchos supondrá un sacrilegio esta especie de comparación entre Dickens y Rob Thomas, entre J. J. Abrams y Alexandre Dumas, lo cierto es que todos ellos pertenecen al gremio de los narradores excepcionales, e igual que con la señorita Havisham en Grandes Esperanzas, ahora nos inquietamos con la historia del asesinato de Lilly Kane, con el amor incomprendido de Chuck y Blair o con un humo negro que provoca muerte por donde pasa.

Cuando yo era más pequeña, ver la televisión a todas horas era decadente y vulgar. Teníamos 15 años, o 18, y ya empezaban a surgir los realities, y sólo las marujas o las seguidoras del superpop tenían una vida tan limitada como para saberse los nombres de los concursantes del Big Brother o conocer la melodía de su telenovela favorita. Todo ha cambiado desde entonces. En esta nueva era en la que los niños de 12 años llevan móvil, en la que no necesitamos cintas ni cds para escuchar música por la calle, la era de la prensa electrónica y los vuelos baratos, ver televisión es el culmen de la modernidad.

Pero la diferencia estriba en la calidad. Adoro el cine, pero antes veo una buena serie que una película. ¿Por qué? Las historias más redondas, más completas, la duración asequible, la promesa de continuidad...

Os invito, blogueros y blogueras, a descubrir un mundo en el que pueden satisfacerse todos los gustos, un mundo de variedad y entretenimiento inteligente. Muchos ya lo habéis descubierto, para los que no, he aquí mis series favoritas...


jueves, 19 de febrero de 2009

HABLEMOS DE LOST


Me gustaría hablar en este blog de cosas que me interesan, pero de las que no puedo estar hablando cada día con la gente que me rodea porque los puedo matar del tedio. Vosotros, como entráis voluntariamente, elegís la pildorita como en Matrix, os puedo aburrir todo lo que quiera, ¡ja!


Hoy voy a hablar de Lost.

Antes que nada, quiero aclarar que si hablo de "Lost" y no de "Perdidos" no es porque sea una snob y una pedante - no me malinterpretéis, sí que lo soy -, sino porque siempre he visto esta serie en v. o. y no puedo evitar el escalofrío cuando escucho esa voz profunda diciendo: Previously on Lost..., al principio de cada capítulo. En fin, manías mías.

Hace poco leí un magnífico artículo de un amigo mío que me sorprendió por su tremenda valentía ( http://www.fotolog.com/fuertecito/36056310 ); y es que, de toda la tinta gastada en hablar de Lost - es un decir, claro, en esta bendita era digital - , pocas veces, por no decir ninguna, he leído una crítica tan despiadada y a la vez tan cierta.

Por mi parte, soy una fan de libro. Si viviera en Hawaii - ay, si viviera en Hawaii - me plantaría todos los días en el rodaje con mi camiseta de los números a ver si viera, aunque fuera de lejos, a Ben Linus, Desmond Hume o John Locke (mis personajes favoritos), pero afortunadamente para ellos, no es el caso.

Yo alucino con esta serie y he de decir que no es la primera que veo, soy adicta a doce o trece tirando por la baja, pero la primera vez que vi Lost, los ojos de Jack Sheppard abriéndose tras la colisión, se produjo una especie de epifanía en mi mente. Fue algo así como "No estoy sola. No soy rara. Hay gente como yo ahí fuera." Porque si alguien había decidido crear algo como eso era porque un público lo estaba esperando, entre ellos, yo misma.

Sin embargo, y a pesar de todos los buenos momentos que J. J. Abrams me ha brindado, en el fondo de mi estómago empieza a gestarse una inquietud. Disfruto cada capítulo con ansia, pero las esperas se me hacen menos duras; me como la cabeza con cada nuevo misterio, pero cada vez me importan menos las respuestas. Ahora mismo, lo que más me inquieta es saber si estarán a la altura, si tras seis temporadas acabaremos Lost como con el primer amor - nudo en el estómago, llanto contenido, dolor indeleble en el alma - o será una relación de esas, mil veces resucitada, pero que, a fin de cuentas, murió mucho antes del final.

No me digáis que los Reyes son los padres, señores guionistas, quiero vivir esta ilusión capítulo a capítulo, hasta nuestro último Previously on...

En la fotografía: Season 5, la llamada del destino...

PRESENTACIÓN: NO SE PUEDE SER MÁS FREAKY


Ya tenía un fotolog, soy adicta a numerosas series de televisión, veo cine en v.o. y mi nivel de conocimientos estúpidos roza lo indescriptible. ¿Qué me faltaba, pues? Un blog, está claro.

No sé muy bien cómo expresarme en unas circunstancias como éstas. ¿Hay que dirigirse a alguien, es esto un diario personal y, por lo tanto, tengo que hablar conmigo misma?
Nunca me ha costado excesivo trabajo expresarme; es más, espero que esta bitácora me sirva para descargar algo de verborrea y convertirme, al fin, en una persona discreta y silenciosa (sinónimo para el común de los mortales de interesante y lleno de misterio). Nunca lo he logrado.
Hablo demasiado,eso es un hecho, incluso a veces me paro de repente al descubrir que mi interlocutor lleva callado demasiado tiempo y empiezo a arrepentirme inmediatamente. Porque, después de casi recuperarme de los complejos más habituales del siglo XXI (no tengo un estómago plano, no salgo bien en todas las fotos, no tengo nada que ponerme, etc.), he empezado a acomplejarme por algunos alternativos. Debería hablar menos, fumar menos, beber menos, comer menos, leer menos...

Señores, yo no soy así ni podré serlo jamás, me temo.
Me apasionan los libros (principal argucia para callarme durante horas), el cine de todo tipo (sí, lo juro, cada uno a su manera), cierta televisión (Lost, Veronica Mars, Gilmore Girls, Heroes, Big Bang Theory, U.S. of Tara, Dollhouse, etc. etc.), juegos de pc/ps2/wii, navegar (por la red, se entiende)...
Tengo 29 años y me dejé el instinto maternal olvidado en algún sitio, no me sé el precio de las espinacas y no tengo muy clara la tasa del euribor, aunque sé que me fastidia la vida todos los meses. ¿Qué me pasa, doctor?

Ah, y soy Ama de Casa.

El caso es que me faltaba algo. Sí, un blog. Así podría demostrar al mundo que no todas somos estereotipos de encuesta, que no a todas nos gustan los programas espectáculo de sobremesa, que hay quien no conoce a los participantes de Gran Hermano.

¡¡¡Amas de casa atípicas del mundo, uníos!!!


En la fotografía: Yo misma sentada frente a la tienda Apple de NY.