domingo, 22 de febrero de 2009

FICCIÓN POR ENTREGAS


Hace unos cuantos años, cuando no existía el cine y los libros estaban al alcance de sólo unos pocos, grandes narradores como Dumas o Dickens publicaban sus historias por entregas, dejando con la miel en los labios a sus seguidores entre capítulo y capítulo.


Hoy en día, que tenemos de todo, cine, televisión, internet, videoconsolas, volvemos atrás unos siglos para reencarnarnos en esos seguidores de antaño, para esperar con ansia un desenlace, un amor roto y otro reencontrado, una isla misteriosa, o un héroe de leyenda, la resolución de un misterio, la salvación de una vida.

Me siento orgullosa de ser parte de ese público, siempre admiré el arte de contar historias y, aunque para muchos supondrá un sacrilegio esta especie de comparación entre Dickens y Rob Thomas, entre J. J. Abrams y Alexandre Dumas, lo cierto es que todos ellos pertenecen al gremio de los narradores excepcionales, e igual que con la señorita Havisham en Grandes Esperanzas, ahora nos inquietamos con la historia del asesinato de Lilly Kane, con el amor incomprendido de Chuck y Blair o con un humo negro que provoca muerte por donde pasa.

Cuando yo era más pequeña, ver la televisión a todas horas era decadente y vulgar. Teníamos 15 años, o 18, y ya empezaban a surgir los realities, y sólo las marujas o las seguidoras del superpop tenían una vida tan limitada como para saberse los nombres de los concursantes del Big Brother o conocer la melodía de su telenovela favorita. Todo ha cambiado desde entonces. En esta nueva era en la que los niños de 12 años llevan móvil, en la que no necesitamos cintas ni cds para escuchar música por la calle, la era de la prensa electrónica y los vuelos baratos, ver televisión es el culmen de la modernidad.

Pero la diferencia estriba en la calidad. Adoro el cine, pero antes veo una buena serie que una película. ¿Por qué? Las historias más redondas, más completas, la duración asequible, la promesa de continuidad...

Os invito, blogueros y blogueras, a descubrir un mundo en el que pueden satisfacerse todos los gustos, un mundo de variedad y entretenimiento inteligente. Muchos ya lo habéis descubierto, para los que no, he aquí mis series favoritas...


1 comentario:

  1. Friends fue la responsable de dejar de ver series(que ansiedad por Dios), o fue el susto de verme interesado en un capitulo de una mala teleserie lo que me empujo a renunciar a ellas menos Aida y entregarme al cine y los videojuegos.

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